Dicen que una imagen habla más que mil palabras.
Con los contrastes de luz, sombras y texturas, Susana Casillas crea un dramatismo que cautiva al espectador y lo invita a reflexionar sobre su yo interior. La obra de esta artista deviene un análisis del tema de género, donde la mujer cobra protagonismo. A través de un expresionismo casi brutal, la oscuridad crea un espacio íntimo donde el artista muestra la gama de emociones o estados de ánimo por donde ella transita. No cabe duda que el camino es hacia adentro. A simple vista lo que leo en la obra de Susana es la exploración del yo, un viaje introspectivo que se manifiesta a través de las emociones. El juego del color y las formas se amalgaman con el rostro en una sinergia donde el ser humano es uno con el todo. La sensibilidad a flor de piel.

