Un seguidor del recientemente fallecido David Bowie pagó 22.500 libras (31.990 dólares) por un autorretrato hecho por el icónico cantante británico en una subasta celebrada en Edimburgo (Escocia), según confirmó hoy la casa de pujas Lyon & Turnbull.
La suma abonada por el misterioso comprador, que no ha querido hacer pública su identidad, es más de cuatro veces superior a la cantidad que la citada casa había estimado por la obra, que cifró entre las 3.000 y las 5.000 libras (entre los 4.265 y los 7.109 dólares).
Al parecer, el comprador del autorretrato “DHEAD” es un productor de cine y televisión que ha preferido mantener su nombre en el anonimato y que ha justificado la elevada suma por su devoción por el trabajo de Bowie.
“Soy un seguidor de toda la vida (del cantante) y estoy más que encantado de poseer ahora una pieza de arte original hecha por David Bowie”, señaló el afortunado fan a la agencia de noticias británica Press Association.
Esa misma persona indicó que el primer álbum que adquirió del camaleónico Bowie fue “Aladdin Sane”, publicado en 1973, y se refirió al músico, fallecido el pasado 10 de enero tras luchar durante año y medio contra el cáncer de hígado, como “el mejor artista” de la historia.
La estrella de Brixton (sur de Londres) había donado esa pintura a una exposición con fines benéficos, ARTAID 98, celebrada en Edimburgo en 1998.
Ese autorretrato centró las miradas de todo el mundo cuando se puso a la venta por la citada casa de pujas escocesa el pasado lunes, atrayendo el interés de compradores de Mónaco y Canadá.
Charlotte Riordan, especialista de pinturas de Lyon & Turnbull, consideró que la venta de la obra de Bowie se saldó con “un gran resultado”.
“Siempre es difícil poner un precio estimado a una obra de arte de esta naturaleza y tuvimos un tremendo interés por la pintura de todas partes del mundo, con pujadores telefónicos, ‘online’ y en la sala de subastas”, indicó esa experta al citado medio local.
Aunque Bowie es más conocido por su talento musical, cuando estudiaba arte su trabajo se centraba en estudios abstractos de cabezas, en los que se apreciaban influencias del arte expresionista alemán de 1930.
