El presidente ruso, Vladímir Putin, admitió hoy que se lleva mejor ahora con su exmujer, Liudmila, que cuando estaban casados, y eludió responder si pronto presentará en sociedad a la nueva primera dama del país.
“Yo y Liudmila nos seguimos viendo, aunque no muy a menudo. Mantenemos una relación muy buena, quizás mejor que antes”, dijo Putin durante su tradicional “Línea directa” en la que responde en vivo a las preguntas de sus conciudadanos.
En referencia a los rumores sobre que su exmujer ha contraído matrimonio, destacó que “le va todo bien” y “es feliz con la vida que lleva”.
“Yo también estoy contento. A mí también me va todo bien”, aseguró.
Putin, que se separó de Liudmila en 2013, aseguró que el pueblo elige a los diputados y presidentes para que trabajen y “los temas personales no son prioritarios”.
“Pero puede ser que en alguna ocasión pueda satisfacer su curiosidad”, señaló.
Según informó la prensa a principios de año, la ex primera dama se habría casado con un hombre 20 años más joven, Artur Ocheretni, de 38 años, que se dedica a organizar actos para el partido del Kremlin, Rusia Unida, y el consorcio Gazprom.
En caso de confirmarse, esto liberaría a Putin quien tras separarse aseguró, en respuesta a una pregunta sobre sus planes de futuro: “Primero tengo que casar a mi exesposa, luego ya pensaré en mí”.
La prensa amarilla ha informado en numerosas ocasiones sobre una posible relación sentimental entre Putin y la doble campeona olímpica de gimnasia rítmica, empresaria y exdiputada Alina Kabáeva, pero el Kremlin lo ha negado hasta la saciedad.
Putin contrajo matrimonio con Liudmila (Shkrebneva) el 28 de julio de 1983, tras lo que residieron durante varios años en Alemania Oriental, donde el actual líder ruso trabajó para el KGB.
Liudmila, que conoció a Putin cuando trabajaba como azafata para una aerolínea soviética, reconoció en una biografía que no supo que su marido trabajaba para el KGB hasta un año y medio después de haberse casado.
Además de Putin, Pedro I El Grande, quizás el gobernante más influyente de la historia de este país, fue el único mandatario ruso que se divorció mientras estaba en el poder, hace más de trescientos años, tras lo cual su esposa fue recluida en un convento.